Carta de Jesús a María


Querida Mamá Maria:

¡Que seas muy feliz! Que es otra manera, - la que usan ahora-, de decir todo aquello que te dijo el Ángel Gabriel: “Dios te salve, llena de gracia, El Señor es contigo. Bendita tú entre todas las mujeres”.
Si. Porque creíste. Porque “felicidad” empieza por “Fe”. Y qué grande que fue tu fe, como para no desesperarte en medio de tantas dificultades. Porque yo sé bien que te hice sufrir. Desde Belén hasta el calvario, una espada se fue clavando, poco a poco, en tu corazón. Hasta que te hizo morir de amor, al pie de la cruz.
Alguien dijo de mí que yo estaría muriendo hasta el fin del mundo. Porque es cierto que yo sufro y que muero en cada niño que muere, y en cada hombre o mujer que llora, porque ha sido pisoteada su dignidad. Y Tú, como madre, sufres y lloras por todos. La madre es como un pozo de lágrimas, porque ella sufre y padece por los dolores y los desvíos de todos y cada uno de sus hijos.
Pero, ¿por qué decirte estas cosas tristes para felicitarte en tu Día? ¿Por qué no traerte un ramo de flores, o decirte unos versos, - un disco por radio-, o comprar un regalo a mi alcance? Total, en este mundo todo se arregla con plata, y le hacemos ganar de paso, a los que inventaron y promocionaron este Día.
Pero no. Tú no te dejas engañar. Tú no crees en besos y risas y regalos que no salen del corazón. De estos hijos que se acuerdan de la madre sólo un día. ¿Y después? ¡Todo es hacerla sufrir!...Yo sé que Tú sufres por que hay hijos que nunca se dejan ver por tu casa, que es mi Casa. Porque tienes hijos e hijas que andan peleando entre sí, por el dinero, por la política, por cualquier cosa,… Porque tienes muchos hijos e hijas que ha profanado el amor, y aun la vida: Hay madres que no quieren a sus hijos. Los matan.
Tienes tantos hijos e hijas ingratos, egoístas, soberbios,…
Es muy cierto. Pero tenés también muchos hijos que te quieren, como te quise yo. Hay mucha gente buena, sencilla, con fe. ¿Te consuela? Pero te preocupan los otros… ¿Qué es lo que podríamos hacer por ellos?
Tú sabes cómo en el fondo del alma de todo hombre hay un niño. Y que este niño necesita, para vivir, del cariño de una mamá. Por esto, también los hombres modernos y los del año 2007, te necesitan a Ti.
Yo te los confió. ¡Vela por ellos!
Enséñales a creer y a querer. Enséñales también a saber esperar. Porque todo sufrimiento pasa, pero lo que se ha sufrido queda, como un fruto maduro. De la espina que nos hirió, nacerá luego una rosa.
Y esta rosa es la que vengo a ofrecerte en tu Día, querida mamá, y te pido por todas las madres del mundo. Para que te imiten a Ti. Porque, si escuchan, como Tú escuchaste la Palabra de Dios y la cumplen; si tienen como Tú, tanta fe y tanto amor, serán muy felices…
De todo corazón te lo desea,
Tu hijo Jesús.-